lunes, 10 de agosto de 2015

Y tú no te acabes.

Muy a menudo no consigo entender nuestras vidas. Si somos nosotros que giramos entorno a algo o son los mejores momentos los que tienden a rodearnos. Si el destino aún funciona o lo dejamos atrás y avanzamos con nuestros propios pasos.
No es propio de mi hablar de ángeles, monstruos en nuestro interior o bajo de la cama. De las típicas promesas de matar monstruos 'por ti' que culminarán en suicidio al desvelar la verdad.
Actualmente existen más etiquetas que personas, demasiado pocos poetas de los que te conocen hasta llegar a los huesos. Fotógrafos de filtros y tabaco baratos.
Y yo, yo sigo sin ver la delgada linea del 'aún' al 'ya no'.
Vomitar a las personas que no son tú y mudarme en los recuerdos de alguien que será pasajero. Terminar el café y romper la taza para acabar de trazar la poca nostalgia restante sobre mi cuerpo.
Cortar cualquier 'esa no era yo'. Tú mientras esperame fuera. Y porfavor, no te acabes.

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. La verdad es que no tengo una fuente concreta de inspiración. Simplemente puedo estar sentada y que en mi cabeza las palabras den mil vueltas y formen frases enteras. Otras veces son emociones fuertes o ganas de hacer inmortal un momento.

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