lunes, 27 de julio de 2015

Es que yo.

Demasiados versos convertidos en despedidas. La cantidad de huecos medida con insomnio. Cartas que no llegaron a su destino, palabras cortadas con gritos impidiendo vacios.

Tu grito. Envasado al vacio y enviado a algún rincón del mundo como sabiendo que yo lo encontraré.

Nunca quisimos ser salvadas pero siempre estuvieron esas ganas de no dejar que te vayas antes del último polvo, antes de poder saborear tu aroma. Supongo que seguirás preguntándote como es 'oler a ti'.
Pienso que el dia que menos pienses en mi, encontrarás mis ganas de no dejar de pensarte y en la siguiente esquina estaré yo. Tal y como la última vez.

Pero hoy quizá con más ganas de meterme entre tu piel y tú. De cuidarte por las noches y crearte sueños inimaginables.

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