lunes, 27 de octubre de 2014

Ida, vuelta y volver a empezar.

Nunca me han gustado las despedidas, pero sobretodo las nuestras. Las puertas del tren cerrándose, un coche a lo lejos, tu sombra cada vez más distante de mi. A pesar de que nunca hayamos sido capaces de admitirlo, siempre hemos tenido miedo del último beso, de un último adiós. Imaginarnos que ya no más, no estar más en tus brazos como en casa, no poder girarme mientras veo como te alejas y correr para tirarme encima tuya;un beso más, pero nunca el último.
Que no te quiero borracha, pero lo que daria ahora por despertarme por tu llamada a las tres de la mañana un sábado diciéndome que nunca habrá nadie más.
Nunca había visto un precipicio más bonito que tus clavículas ni un punto de encuentro mejor que tus caderas.
A veces sentirse sola es no tener a quien hacerle cosquillas y morir con su risa, no tener con quien emborracharse y recibir el amanecer. Pero hablando de relatividad, estar solo es también no tener con quien perderse en un mar de sábanas.
Por alguna extraña razón, nunca tuvimos la necesidad de enamorarnos, que si lo hiciéramos, estaríamos perdidas.
Porque un jueves de madrugada mis gemidos hablaban por mi y tú no tenias otra opción que quedarte.

martes, 21 de octubre de 2014

Que les envidio por no conocerte.

Confiemos en que el tiempo nunca volverá. En que el otoño se quedará con sus hojas y humedad, que contigo, pero lejos. Te hablaria de todos los "ni contigo ni sin ti" de todas las pérdidas de tiempo buscando un futuro en una calle sin salida.
Que ahora los domingos significan: café, libro...quizá Coldplay de fondo. A veces me gusta distraerme persiguiendo gotas de lluvia en el cristal. No más pesadillas (siempre las mismas, a mi subconsciente le afi
ciona recordarme que no estás), no más tormentas, llegó la calma.
Escribo, llueve, café, Coldplay...llueve otra vez, otro café. Mientras yo me repito que mi inspiración gime en otra cama, pero lo que no sabeis es que la tocan otras manos, pero sigue gritando mi nombre.
Siempre ha sido muy curioso llamar a una personas "equilibrio" sabiendo que es la que más te desequilibra, que puede hacer que pases de 0 a 100 y viceversa. Cuando temblabas al oir su voz pero te morias por hacerlo. Hablemos de todas estas ironias que siempre relacionaremos con alguien.
Y entre otras, un dia entendí que envidio a aquellos que no te conocen.