miércoles, 26 de agosto de 2015

Que te quiero libre.

El calor de que hay alguien aquí o allí capaz de hacerte sentir frio y calor a la vez. Escalofrios entre cálidos brazos. Dejar de lado cuerpos de alquiler para quedarte en casa, en quien sea capaz de convertirse en tus cuatro paredes imaginarias con un techo que luchará con tormentas y será tu séptimo piso, desde donde las ideas se vean más claras.
Agradecerte todas tus ventanas abiertas con entrada gratis hasta el amanecer y recorrer cada hueco para calcular la distancia exacta desde mi tristeza hasta casa.
No dejarme seducir más por amores de carretera, de esos que nunca sabrán de sentimientos y su ley solo sea la fisica. De faldas cortas y sexo artificial.
Allí donde mis inseguridades no sienten rechazo para por fin sentirse libres y ser pájaros.
Me quieres libre...y me quedo contigo

               en casa.

lunes, 10 de agosto de 2015

Y tú no te acabes.

Muy a menudo no consigo entender nuestras vidas. Si somos nosotros que giramos entorno a algo o son los mejores momentos los que tienden a rodearnos. Si el destino aún funciona o lo dejamos atrás y avanzamos con nuestros propios pasos.
No es propio de mi hablar de ángeles, monstruos en nuestro interior o bajo de la cama. De las típicas promesas de matar monstruos 'por ti' que culminarán en suicidio al desvelar la verdad.
Actualmente existen más etiquetas que personas, demasiado pocos poetas de los que te conocen hasta llegar a los huesos. Fotógrafos de filtros y tabaco baratos.
Y yo, yo sigo sin ver la delgada linea del 'aún' al 'ya no'.
Vomitar a las personas que no son tú y mudarme en los recuerdos de alguien que será pasajero. Terminar el café y romper la taza para acabar de trazar la poca nostalgia restante sobre mi cuerpo.
Cortar cualquier 'esa no era yo'. Tú mientras esperame fuera. Y porfavor, no te acabes.