Me podrian hablar del viento con olor a puerto, del café una madrugada de insomnio. E inluso de un copo de nieve que se para en su hoyuelo para darme envidia.
Quizá nunca pensemos en lo eterno o nos dediquemos a hacerlo con lo más bonito.
Recuerdame.
Recuerdame o pideme que me quede para recordarnos y no olvidarnos más. Mantener nuestro recuerdo sobre la encimera, contra la pared, en la terraza o mientras me haces el café de la mañana.
Odio como me miras, lo odio con la misma fuerza que me encanta.
¿Quién podria con tanto odio acumulado y esas ganas de quererte?
Dejamos de ser cuando no más contra viento y marea, semáforos en rojo. Y "para" sabiendo que lo que más quieres es que continue.
La mañana que ella se fue, la ciudad despertó.